jueves, 3 de abril de 2008

CRITICA/ Ingrid Cafferata:¿Hay Alguien Allí?, del grupo Deciertopicante de Tacna

¿HAY ALGUIEN ALLÍ?

Una de las más novedosas puestas en escena del año 2007 en Tacna, sin lugar a dudas, fue la obra “¿Hay alguien allí? del Grupo “Deçiertopicante”.

La propuesta teatral ofrecida por este colectivo fue bastante interesante por la inclusión, por primera vez en la región, de elementos técnicos que contribuyeron a perfilar una nueva estética teatral. Además de ello se pudo evidenciar el perfeccionamiento de la propuesta dramatúrgica del grupo que, cuyos dos últimos montajes para adultos nos han presentado tramas complejas que se ofrecen al espectador cual madeja caótica que cada quien debe de ir desenredando e hilvanando a solas y poco a poco a medida que transcurre la obra.

En ¿Hay alguien allí?, los personajes se presentan en pares los cuales van interelacionandose y creando vínculos que les permiten, paulatinamente, ir encontrando una posición dentro de este inmenso rompecabezas que tiene como pretexto el relato de una muerte ocurrida hace muchos años atrás en un remoto pueblo de la zona altoandina de Tacna.

Esta “historia para armar” tiene muchos protagonistas los cuales han quedado atrapados en una suerte de “no muerte” o algo por el estilo que es lo que le debe ocurrir a estos fantasmas condenados a vagar en este espacio ignoto entre la vida y la muerte a causa de un suceso dramático que revela, poco a poco y en un clima de constante suspenso, un secreto guardado por mucho tiempo: la ocurrencia de una relación incestuosa y de un abuso sexual.

La propuesta escénica fue bastante pulcra, tanto en el fondo como en la forma, el vestuario, utilería y escenografía fue presentada en estricto blanco destacando nítidamente contra el negro telón de fondo lo cual produjo un efecto atrayente y a la vez misterioso para el espectador, remitiéndolo inmediatamente a un tiempo congelado, de luces y sombras donde pocas cosas acaban siendo lo que realmente parecen ser en un primer momento.

La dirección de Roberto Palza fue notable, en el sentido del manejo de tantos personajes en escena, cuyas actuaciones, en general de buen nivel, destacan por el buen uso de la voz, de la gestualidad y de la precisión en la secuencia de movimientos físicos, no en iguales niveles de logro en todos los personajes, pero si bastante parejo, sobre todo en los momentos dramáticos los cuales fueron abordados con solvencia por los actores, destacando principalmente el personaje femenino de la madre.

Sin embargo sería bueno pensar en la necesidad de “descargar” un poco el montaje, desprendernos de algunos textos, tal vez sintetizar la participación de algunos personajes, minimizar algunos desplazamientos y retirar algunos elementos de utilería, lo cual aportaría favorablemente a la obra en general... hay mucho de todo, textos por acá y por allá, algunos de ellos que realmente no contribuyen significativamente a la comprensión cabal de la historia, personajes y elementos que entran y salen del escenario sin lograr configurar su rol con precisión, por lo cual acabamos preguntándonos sobre su aporte en la construcción de las escenas y de la historia.

Es preciso limpiar un poco más el trabajo en general, a veces resulta para el grupo y para el director un poco doloroso desprenderse de algunos textos, personajes o efectos, porque eso implicaría dejar fuera a algún miembro del colectivo, sin embargo tal vez sería necesario el sacrificio en aras de que la obra discurra mejor y sea mejor comprendida sin tanto de todo eso. En este caso menos definitivamente podría ser más.

Por otra parte, realmente novedoso (y arriesgado) el uso de elementos audiovisuales como el proyector multimedia, esto marca el ingreso de las nuevas tendencias de técnologia de la información y la comunicación para su aprovechamiento como recurso teatral, pero hay que trabajar más en la precisión de su manejo y buen aprovechamiento de los mismos ya que su abuso puede resultar negativo para el montaje en general.

La presentación de las imágenes tipo diapositivas tiene que servir para reforzar lo que se está viendo sobre el escenario, no para repetir lo que ya se vio o para anunciar lo que se verá, mucho menos para marcar el inicio o la culminación del espectáculo. Hay que encontrarle una auténtica razón de ser y no usarla sólo como un elemento decorativo.

Tal vez el insistir en el uso del color en las imágenes mostradas, orientándolas a cobrar significado conectado con la vida real, constiruiría para el espectador evidenciar el contraste entre la ficción y la realidad, lo que le permitiría, ya al final de la obra, cuestionarse sobre la ocurrencia de situaciones como la espectada en el teatro en el plano de la vida real, especialmente teniendo en cuenta que en nuestro país 230 mil mujeres al año, son abusadas sexualmente dentro de sus hogares. El abordaje de un tema tan polémico como el incesto, es un acierto, hay cosas que ya es tiempo de decirlas en voz alta y ésta es una de ellas.

En resumen, un muy buen trabajo, buen tema, buena dramaturgia, buena dirección, buenas actuaciones, prolijidad en forma y fondo y uso de innovaciones tecnológicas constituyen de ¿Hay alguien allí? un espectáculo muy recomendable.

Ingrid Cafferata Vega

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es importante para mí, como artista, como músico haber encontrado unas líneas de una amiga a quien no veo hace muchos años. Cómo puedo saber de Ingrid ?. Yo vivo en Lima y mi nombre es José Villalobos Ruiz. Mi correo es villalobosruiz@hotmail.com. Si alguien me puede ayudar le estaré muy agradecido. Como referencia puedo decir que conozco también a Juan Zegarra Macedo. Abrazos a todos y muchas gracias.